31 de enero de 2020

Como una oveja

Carece mi cuello de esbeltez
y mi sombra de gracia.
No giro mi cabeza a lo alto
¿acaso tiene pasturas el cielo?
Si los árboles tuvieran algo
interesante que ofrecer
¿no tenderían su follaje sobre el suelo?
El interés de los árboles radica en su sombra.
Pasto y agua me bastan.
Tal vez no soy feliz pero
¿quién desea aquello que le es desconocido?
El frío no es mi enemigo.
Yo tengo abrigo natural.
Al ataque y a la ofensa no me opongo.
La palabra resistencia
no tiene para mí significado.
Soy oveja. El cerdo patalea y chilla.
No mi estirpe.
Soy la heredera del silencio y del aguante.
Si hay sombra me protejo,
si no la hay no pido un abanico.
No arrastro tristezas.
Me alegro si encuentro agua
y es un festín una pastura nueva.
No exijo caricias ni las doy.
Si lidero una fila no pienso en el camino
y está lejos de mi intención
apurar el paso o retardarlo.
Sé que todas llevarán mi ritmo
pero no me desvelo por ello.
Si voy entre el montón no me preocupo
adónde nos conduce la señera.
Ni envidio su posición ni me retardo.
Soy simplemente oveja.
No sirvo para circos
no está en mi carácter
divertir a nadie.
No me interesa parecer inteligente
ni me propongo complacer.
Si me cae el sol de plano
lo recibo.
Si he de mojarme
lo acepto.
Si viene el lobo
es mi destino.
De vieja no he de morir,
sencillamente.

Teresa de Jesús


Este es un poema de Teresa de Jesús, publicado en escritores.cl (https://www.escritores.cl/base.php?f1=varios/poemas_semana/Teresa.htm) que me tropecé en internet.

Lo reproduje acá porque bueno, habla de ovejas. Y porque me hizo pensar: ¿qué hay de bueno en ser como una oveja? O mejor dicho, qué tiene de malo.



Recordé una conferencia de Fred Kofman que relata el cuento del tigre y la oveja (https://newmedia.ufm.edu/video/vida-libertad-y-conciencia/). Él dice que en la vida hay que ser un tigre. No actuar como rebaños, sino asumir responsabilidades, tomar decisiones sin miedo y conducir ferozmente las acciones de tu vida. Sí, tiene razón.

Es común que desde chiquitos nos animen a ser tigres y no ovejas. A quién no le dijeron de adolescente: "Si tus amigos se lanzan por un puente, tu te lanzas también?".

Pero hoy reivindico a las ovejas. Hoy quiero rescatar esa virtud que describe el poema acerca de su docilidad ante al vida y su natural renuncia al conflicto, el estrés y la dominación. Esa serenidad con la que vive desconectada de la ansiedad del mundo. La oveja no tiene necesidad de pelear por nada.

Imagino cómo sería la vida sin batallar por tener un lugar en la multitud, sin tener que luchar por conseguir un trabajo, convencer a un cliente para lograr una venta, tener la razón, ganar una discusión... 

Ganar esas contiendas de la vida me agota. Cómo me agota.

Sigo pensando en la oveja del poema y llego a la conclusión de que he sido bastante feliz siendo como una de ellas. Me he sentido en paz... Sí, en este punto ya no tengo tanto interés por tener la razón y no tengo ganas de liderar nada en la vida, salvo mi vida misma. 

No se trata de ser mediocres o indiferentes o resignarnos a lo que venga. Nada que ver el conformismo. Pero hace bien en este mundo competitivo y exigente de "ganas o pierdes", "vives o mueres", no ir contra la corriente, abandonar un poco la oposición y la confrontación. Se trata, creo yo de aceptar y fluir. Vivir y dejar vivir. Creo que nunca he sido tan feliz como cuando he sido oveja. 

Cuando mi vida era simple, como cuando era niña, que no tenía nada y lo tenía todo. No esperaba más que jugar en el patio con mis hermanos y mis muñecas hechas de trapo.

Ser oveja me ha enseñado que soy capaz de superar todo, sin luchar pero con la fuerza interna de la aceptación. Y que el miedo a no tener el control es engañoso. Materialmente necesitamos menos y somos capaces de adaptarnos a las situaciones más difíciles.

Yo soy migrante y eso me ha enseñado también a ser una oveja, confundirme con el rebaño, ser dócil y no imponer nada a nadie. Una oveja viajera!

Este no será el post más tejeril, pero hoy como la oveja, no me desvelo por ello. Y como la oveja al ataque y a la ofensa no me opongo. Hoy soy simplemente oveja. 

Beeee....!




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