Con el proyecto anterior entre manos, aun sin terminar, decidí tomarme un "kniiting break" y hacer algo fácil. Algo que no me torturara tanto y pudiera ver finalizado pronto.
Necesitaba un descanso porque la mega muñeca me está agotando. Es interminable y estoy perdiendo el interés. Nada más de saber lo que me toca coser... Necesito algo que me motive, una cosita sencilla que vea lista ya!
Así que dejé atrás esa "mega" y me puse a tejer una "mini".
Esta muñeca tiene las piernas largas y tan delgadas que no tuve que rellenarlas con vellón. Tampoco los brazos, lo cual es una gran ventaja.
No tiene vestido como tal, sino una blusita holgada que le tapa lo necesario. Tampoco tiene bombachitas, ni zapatos. Apenas un gorrito la adorna.
Qué cosa! Que las muñecas más adorables no son necesariamente las más elaboradas...
No quiero decir con esto que esta muñeca supere en atractivo a las más finas y extraordinarias muñecas tejidas. Simplemente que me atrajo más tejer una muñeca como ésta simple, que la otra "super modelo".
Obvio que las que tienen muchos detalles y están hechas con sumo cuidado y prolijidad resultan más llamativas, generan una atracción que no tienen las otras, más desprolijas.
Pero, no les ha pasado que a veces, la más linda es la más feíta? O sea, la que más les gusta es la menos agraciada o más rudimentaria? Sí! Las feas a veces tienen un encanto que no tienen las más perfectas.
Cuidado hombres! Lo mismo pasa con las mujeres. Aquellas que no somos tan atractivas, pero tenemos "un no sé qué" somos más peligrosas. Con nosotras caen! Algo parecido pasa con el hombre, que es como el oso: mientras más feo, más hermoso.
Abrazos para todos,
