21 de marzo de 2020

Tejer en tiempos de coronavirus



Y la gente se quedó en casa.
Y ovilló madejas y vió tutoriales.
Y tejió y descansó.
E hizo calcetines y se los probó.
Y aprendió nuevas formas de tejer.
Y no se detuvo.

Y escuchó podcasts más profundamente.
Alguno crocheteaba.
Alguno montaba.
Alguno remataba.
Alguno se encontró con sus gorros a medio hacer.
Y la gente empezó a tejer de forma diferente.

Y la gente los terminó.
Y en ausencia de personas que te interrumpieran de manera ignorante.
Peligrosos. Sin sentido y sin corazón.
Incluso los proyectos se comenzaron a terminar.

Y cuando el peligro terminó.
Y la gente se encontró de nuevo.
Lloraron por los errores hechos. 
Y buscaron nuevos patrones.
Y soñaron nuevos puntos.
Y crearon nuevas formas de tejer la vida.
Y sanaron la tierra completamente.
Tal y como ellos fueron curados.

(Adaptación del poema atribuido a Kitty O'Meara).


Es obvio cómo el poema original resuena en todos nosotros en estos tiempos de pandemia por coronavirus. 

Ah!! Que tiempos éstos los que estamos tejiendo. Qué tiempos difíciles se nos vienen...

Las ironías de la vida... tanto quejarnos por no tener más tiempo para tejer, y ahora quién sabe si no preferiríamos no tener tiempo pero que las circunstancias fueran otras....

Lo primero que pensé cuando la cuarentena era inminente es si iba a tener suficiente lana para sobrellevar el aislamiento.

Qué vergüenza. En lugar de pensar en la comida o en los medicamentos, pensé primero en lana.

Claro está, inmediatamente uno recobra la razón y establece las prioridades como corresponde. Pero es así. Me pasó. A que no fui la única, ah?

La verdad es que conociéndonos, creo que un ovillo y unas agujas nuevas nos quitan el hambre y nos alivian cualquier malestar.

Con el bombardeo de malas noticias, una más calamitosa que la otra, el segundo ataque de pánico que me dió fue cuando pensé ¿me voy a morir yo? ¿estaré dentro de los que no van a sobrevivir?

Y nuevamente, ¿qué pensamiento se me vino a la cabeza? Pues que no iba a tejer todo lo que tenía planeado si me moría. Y si me moría ¿qué pasaría con mis agujas favoritas y mis proyectos a medio terminar? Me di cuenta que no tengo apego emocional con otros objetos, con mi casa o con el dinero.

Ahora, ¿Cómo puede ser que ante la posibilidad de la muerte uno piense en estas cosas? Eso es estar enferma, no creen? No de coronavirus, pero loca al fin. Disfuncional total.

Cuánta ansiedad.

Por otro lado, todo esto me hace reflexionar que tejer me hace tan tan feliz... Me motiva, me da paz, me serena, me encanta! Y al parecer es justamente eso lo que dejo para después, lo que tengo como hobby, lo que hago cuando me sobra tiempo.

Y hoy, este coronavirus me dice que posiblemente no tenga tanto tiempo.

Hay quienes viven a través de la cocina, otros a través de la música, otros se energizan haciendo dinero. Cada quien tiene algo por lo que vibra. Crear cosas con el tejido y la lana es lo que me gusta a mí.

Espero que esto pase y goce de una segunda oportunidad para priorizar las cosas. Será bueno reflexionar sobre esto. Tengo tiempo, al menos en cuarentena

Cuídense mucho.



1 comentario:

  1. Hola! Que lindo este poema, no lo conocía. Gracias por tu adaptación.
    Hermosas todas las cosas que tejes y haces.
    Un saludo,
    Vanessa.

    ResponderBorrar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...