10 de octubre de 2013

Y sin embargo, tejo

Estoy preparándome con mucho entusiasmo para tejer lindo y poder compartirles mi trabajo. 

Hay quienes tienen toda su vida tejiendo o quienes aprendieron de chiquitas enseñadas por su mamá o su abuelita. No es exactamente mi caso. 

Aunque mi abuelita tejía al crochet y me enseñó una vez a hacer cadenetas y medios puntos cuando yo tenía nueve años, no fue sino en mi adultez, luego del nacimiento de mi segundo hijo, cuando volví a tomar las agujas.

Y cuando lo hice ya no pude soltarlas. 

Me gusta pensar que "lo llevo en la sangre", pues mi abuelo trabajaba en los telares, haciendo diseños y tejidos. Le hacía bastidores a mi abuelita y mi mamá jugaba con un telar chiquito que él le hizo.

Mi madrina, quien es mi prima mayor también le gusta tejer. Igual que mi tía Alicia. Ella vivía lejos y teníamos poco contacto, pero sé que hacía "pañitos" preciosos en crochet. Eran elaboradísimos y los tejía con un ganchillo pequeñito y un hilo finito. Eran los tejidos de antes...

La cosa es que no conocí a mi abuelo, mi madrina y mi tía estaban lejos en otras ciudades, mi abuelita se murió y mi mamá no teje. Y sin embargo, tejo, por algún lado me sale... (espero)!



Tejer se aprende.

No es necesario heredar la habilidad, tener el tejido en la sangre o la lana en el ADN. No importa si en tu familia tu mamá no tejía o tu abuelita no te enseñó a tejer. Aún aprendiendo de grande de una revista, un blog o un video en la red, una vez que la lana y las agujas entran en tu vida, te quedas con ellos para siempre.

Mi amiga Susana me regaló hoy estas bellísimas agujas circulares. Nunca había tenido unas tan lindas!

Me emocioné mucho y monté los primero puntos. Con ellas voy a tejer las primeras cositas que les voy a mostrar. 

Espero escribirles pronto para darles la bienvenida formal.



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