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24 de octubre de 2021

Pantuflas tejidas. Cómo tejer pantuflas a dos agujas

La tarjeta de crédito no pasó. Intenté varias veces, pero no funcionó y me preocupé, lo dejé de ese tamaño y preferí ir al banco. Mis pagos estaban al día y el límite sanito. No pude comprar el patrón online que quería sobre cómo tejer pantuflas reversibles con dos agujas. El patrón era de www.strikkemilla.com pero no pude hacer el pago en la plataforma. El problema tenía que ver al parecer, con la moneda del patrón, que en este caso eran coronas danesas (kr).



Parecía un patrón sencillo, que no lucía tener mayores complejidades. Sin embargo, quienes tejemos sabemos que lo sencillo también esconde su complejidad. "Si parece fácil es difícil y si parece difícil es casi imposible".

Hay personas que ven algo tejido y aunque les encanta, dicen "ah mi abuelita te hacía 10 de esos" como diciendo "pero eso es una bobada", "es super fácil", "eso es una manualidad", "lo haces mietras te entretienes"... 

Pues no. Ni lo más sencillo es tan sencillo. 

Así que obviamente quise comprar el patrón, no ponerme a inventar y hacerlo bien de una vez. A fin de cuentas, esas pantuflas tejidas serían para mi mamá, quien como les he contado en alguna oportundiad, tiene problemas por la inflamación en sus piernas y pies y no le sirven las medias "normales".


Medias oversize
Medias oversize de mi mamá 

Los pies oversize de mi mamá
Le he tejido algunas medias grandotas para sus pies hinchados, pues le cuesta conseguir calcetines comerciales. Lo mismo le pasa con el calzado. Así que estas pantuflas de Camila Karlsen (Strikkemilla) me parecieron fabulosas para ella. Podría ponerles esa suela de cuero para caminar sin resbalarse. Al menos para estar en casa le vendrían super bien!

Pero el banco conspiró. Sin patrón disponible agarré las agujas y me dije a mí misma aquello que critico de los demás: "no puede ser tan difícil". Y me puse a tejer estas pantuflas reversibles a dos agujas. Es verdad, no tiene una complejidad allá... pero igual tuve que hacer varias pruebas, tejer y destejer y aunque no son tan lindas como las de la diseñadora, logré el objetivo funcional.

Desconozco si llegué a descifar el patrón original. Pero algo pude tejerle a mi mamá. Algo que pareciera ser unas pantuflas para sus pies inflamados.

Es mucho más sencillo que hacer un calcetín normal porque no hay que formar talón. Se comienza a tejer desde la puntera, igual que cualquier media. Yo usé aguja 6 mm y lana doble, para que queden  firmes. Inicié montando 10 puntos en cada aguja con montaje turco y realicé 5 aumentos en cada lado, para un total de 20 puntos en cada aguja, 40 puntos en total.
                                                                                                                   

Pantuflas Abrazables 1
Ubicar la mitad de la media y doblar.

A los 12 cm dejé los puntos en suspenso y me puse a tejer la otra media. La idea es hacer 2 medias por cada pie, para que al meter una dentro de la otra se haga la formita de pantufla y quede el tejido doble. Cuando tuve ambas partes las uní y seguí tejiendo por 12 cm (21 vueltas) más. Cerré con grafting.


Pantuflas Abrazables 2
La unión de las medias a partir del centro de ellas

Lo clave es disponer bien las dos partes antes de unirlas. Eso significa que debes ubicar el centro de la media y tejer la unión de ambas partes a partir de allí.

En mi caso tenía 20 puntos en el frente de la media y 20 puntos atrás. Pues tejí 10 puntos (la mitad del frente) y los uní a partir de los segundos 10 puntos de la otra media. Claro, que estas medidas no son estándar, más bien algo así como triple XL.

Antes de cerrar el tejido conviene cerrar el agujerito que queda en la unión de ambas medias. Si lo intentas hacer después de cerrar la pantufla, como me pasó a mí, es más difícil.

El resultado es algo como esto:

Pantuflas Abrazables 3
Las dos partes unidas y tejidas juntas, listas para meter una dentro de la otra


Ahora viene lo más divertido: meter una media dentro de la otra para lograr la forma de pantufla bien abrigada. 

Aquí el video donde te muestro cómo se dobla y te queda así:

Pantuflas Abrazables 4
La pantufla lista para usar





Tejerlas sin patrón me llevó tiempo y más de un ensayo. Y por supuesto, me resultaron menos bonitas que las pantuflas originales. Así que la hipótesis me quedó confirmada y me tuve que tragar mis palabras. No hay nada como tejer directamente con el patrón y las instrucciones.




Me quedo con 2 cosas buenas: Mi mamá tiene sus pies calientes y tengo la satisfacción de saber que puedo aventurarme de vez en cuando a tejer algo sin patrón. Sacar un patrón de la nada te da una sensación de bienestar que aumenta tu ego. Lo cierto es que cada patrón vale lo que vale. No hay nada como tejer con la confianza de que todo saldrá bien desde el prinicpio y que no estás repitiendo pasos innecesarios, tejiendo y destejiendo y probando y probando. Ese pasito tun tun, uno para adelante y otro para atrás, es mejor dejarlo para bailar.







21 de marzo de 2020

Tejer en tiempos de coronavirus



Y la gente se quedó en casa.
Y ovilló madejas y vió tutoriales.
Y tejió y descansó.
E hizo calcetines y se los probó.
Y aprendió nuevas formas de tejer.
Y no se detuvo.

Y escuchó podcasts más profundamente.
Alguno crocheteaba.
Alguno montaba.
Alguno remataba.
Alguno se encontró con sus gorros a medio hacer.
Y la gente empezó a tejer de forma diferente.

Y la gente los terminó.
Y en ausencia de personas que te interrumpieran de manera ignorante.
Peligrosos. Sin sentido y sin corazón.
Incluso los proyectos se comenzaron a terminar.

Y cuando el peligro terminó.
Y la gente se encontró de nuevo.
Lloraron por los errores hechos. 
Y buscaron nuevos patrones.
Y soñaron nuevos puntos.
Y crearon nuevas formas de tejer la vida.
Y sanaron la tierra completamente.
Tal y como ellos fueron curados.

(Adaptación del poema atribuido a Kitty O'Meara).


Es obvio cómo el poema original resuena en todos nosotros en estos tiempos de pandemia por coronavirus. 

Ah!! Que tiempos éstos los que estamos tejiendo. Qué tiempos difíciles se nos vienen...

Las ironías de la vida... tanto quejarnos por no tener más tiempo para tejer, y ahora quién sabe si no preferiríamos no tener tiempo pero que las circunstancias fueran otras....

Lo primero que pensé cuando la cuarentena era inminente es si iba a tener suficiente lana para sobrellevar el aislamiento.

Qué vergüenza. En lugar de pensar en la comida o en los medicamentos, pensé primero en lana.

Claro está, inmediatamente uno recobra la razón y establece las prioridades como corresponde. Pero es así. Me pasó. A que no fui la única, ah?

La verdad es que conociéndonos, creo que un ovillo y unas agujas nuevas nos quitan el hambre y nos alivian cualquier malestar.

Con el bombardeo de malas noticias, una más calamitosa que la otra, el segundo ataque de pánico que me dió fue cuando pensé ¿me voy a morir yo? ¿estaré dentro de los que no van a sobrevivir?

Y nuevamente, ¿qué pensamiento se me vino a la cabeza? Pues que no iba a tejer todo lo que tenía planeado si me moría. Y si me moría ¿qué pasaría con mis agujas favoritas y mis proyectos a medio terminar? Me di cuenta que no tengo apego emocional con otros objetos, con mi casa o con el dinero.

Ahora, ¿Cómo puede ser que ante la posibilidad de la muerte uno piense en estas cosas? Eso es estar enferma, no creen? No de coronavirus, pero loca al fin. Disfuncional total.

Cuánta ansiedad.

Por otro lado, todo esto me hace reflexionar que tejer me hace tan tan feliz... Me motiva, me da paz, me serena, me encanta! Y al parecer es justamente eso lo que dejo para después, lo que tengo como hobby, lo que hago cuando me sobra tiempo.

Y hoy, este coronavirus me dice que posiblemente no tenga tanto tiempo.

Hay quienes viven a través de la cocina, otros a través de la música, otros se energizan haciendo dinero. Cada quien tiene algo por lo que vibra. Crear cosas con el tejido y la lana es lo que me gusta a mí.

Espero que esto pase y goce de una segunda oportunidad para priorizar las cosas. Será bueno reflexionar sobre esto. Tengo tiempo, al menos en cuarentena

Cuídense mucho.



31 de enero de 2020

Como una oveja

Carece mi cuello de esbeltez
y mi sombra de gracia.
No giro mi cabeza a lo alto
¿acaso tiene pasturas el cielo?
Si los árboles tuvieran algo
interesante que ofrecer
¿no tenderían su follaje sobre el suelo?
El interés de los árboles radica en su sombra.
Pasto y agua me bastan.
Tal vez no soy feliz pero
¿quién desea aquello que le es desconocido?
El frío no es mi enemigo.
Yo tengo abrigo natural.
Al ataque y a la ofensa no me opongo.
La palabra resistencia
no tiene para mí significado.
Soy oveja. El cerdo patalea y chilla.
No mi estirpe.
Soy la heredera del silencio y del aguante.
Si hay sombra me protejo,
si no la hay no pido un abanico.
No arrastro tristezas.
Me alegro si encuentro agua
y es un festín una pastura nueva.
No exijo caricias ni las doy.
Si lidero una fila no pienso en el camino
y está lejos de mi intención
apurar el paso o retardarlo.
Sé que todas llevarán mi ritmo
pero no me desvelo por ello.
Si voy entre el montón no me preocupo
adónde nos conduce la señera.
Ni envidio su posición ni me retardo.
Soy simplemente oveja.
No sirvo para circos
no está en mi carácter
divertir a nadie.
No me interesa parecer inteligente
ni me propongo complacer.
Si me cae el sol de plano
lo recibo.
Si he de mojarme
lo acepto.
Si viene el lobo
es mi destino.
De vieja no he de morir,
sencillamente.

Teresa de Jesús


Este es un poema de Teresa de Jesús, publicado en escritores.cl (https://www.escritores.cl/base.php?f1=varios/poemas_semana/Teresa.htm) que me tropecé en internet.

Lo reproduje acá porque bueno, habla de ovejas. Y porque me hizo pensar: ¿qué hay de bueno en ser como una oveja? O mejor dicho, qué tiene de malo.



Recordé una conferencia de Fred Kofman que relata el cuento del tigre y la oveja (https://newmedia.ufm.edu/video/vida-libertad-y-conciencia/). Él dice que en la vida hay que ser un tigre. No actuar como rebaños, sino asumir responsabilidades, tomar decisiones sin miedo y conducir ferozmente las acciones de tu vida. Sí, tiene razón.

Es común que desde chiquitos nos animen a ser tigres y no ovejas. A quién no le dijeron de adolescente: "Si tus amigos se lanzan por un puente, tu te lanzas también?".

Pero hoy reivindico a las ovejas. Hoy quiero rescatar esa virtud que describe el poema acerca de su docilidad ante al vida y su natural renuncia al conflicto, el estrés y la dominación. Esa serenidad con la que vive desconectada de la ansiedad del mundo. La oveja no tiene necesidad de pelear por nada.

Imagino cómo sería la vida sin batallar por tener un lugar en la multitud, sin tener que luchar por conseguir un trabajo, convencer a un cliente para lograr una venta, tener la razón, ganar una discusión... 

Ganar esas contiendas de la vida me agota. Cómo me agota.

Sigo pensando en la oveja del poema y llego a la conclusión de que he sido bastante feliz siendo como una de ellas. Me he sentido en paz... Sí, en este punto ya no tengo tanto interés por tener la razón y no tengo ganas de liderar nada en la vida, salvo mi vida misma. 

No se trata de ser mediocres o indiferentes o resignarnos a lo que venga. Nada que ver el conformismo. Pero hace bien en este mundo competitivo y exigente de "ganas o pierdes", "vives o mueres", no ir contra la corriente, abandonar un poco la oposición y la confrontación. Se trata, creo yo de aceptar y fluir. Vivir y dejar vivir. Creo que nunca he sido tan feliz como cuando he sido oveja. 

Cuando mi vida era simple, como cuando era niña, que no tenía nada y lo tenía todo. No esperaba más que jugar en el patio con mis hermanos y mis muñecas hechas de trapo.

Ser oveja me ha enseñado que soy capaz de superar todo, sin luchar pero con la fuerza interna de la aceptación. Y que el miedo a no tener el control es engañoso. Materialmente necesitamos menos y somos capaces de adaptarnos a las situaciones más difíciles.

Yo soy migrante y eso me ha enseñado también a ser una oveja, confundirme con el rebaño, ser dócil y no imponer nada a nadie. Una oveja viajera!

Este no será el post más tejeril, pero hoy como la oveja, no me desvelo por ello. Y como la oveja al ataque y a la ofensa no me opongo. Hoy soy simplemente oveja. 

Beeee....!




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